Los beneficios del fútbol en la educación infantil
La educación de los hijos es la prioridad para los padres, pero también es una prioridad a nivel social. De unos niños con una educación adecuada depende que la sociedad futura mantenga e incluso mejore los valores de solidaridad, cohesión y colaboración.
Es de todos sabido que el deporte tiene una serie de valores de gran utilidad para todos en general pero especialmente para niños y jóvenes. La gran exposición mediática del fútbol y de algunas de sus grandes figuras (que no siempre son ejemplares) hace que este deporte sea objeto de muchas críticas, no siempre justas, relacionadas con personas que se acercan a él sin respetar sus verdaderos valores. Desgraciadamente, por ser el deporte con más seguidores es también el que más repercusión tiene para lo bueno y para lo malo y en muchas ocasiones, todos los aficionados tenemos que ver cómo se nos prejuzga por el comportamiento de unos pocos que no representan a la inmensa mayoría de los seguidores de este bello deporte. Por eso nunca está de más hablar de los valores y beneficios que el fútbol puede aportar a la educación de los niños que lo practican.
El equipo sobre la individualidad. Ser un buen jugador está bien, pero no te sirve de nada si tu equipo pierde. El sacrificio individual por el bien del conjunto es un valor inherente al fútbol desde su creación.
Ayuda al desarrollo físico del niño. En la sociedad actual, millones de niños padecen problemas de salud relacionados con el sedentarismo, como la obesidad infantil o la diabetes. El ejercicio físico regular es el mejor modo de combatir estos problemas.
Contribuye a fomentar la autodisciplina. Un buen jugador de fútbol es alguien que tiene que anteponer su interés deportivo a sus caprichos. Desde la alimentación hasta las ganas de no entrenar. Hacer esto en equipo hace que todos los sacrificios sean más llevaderos y fomenta la autodisciplina de los chavales.
Facilita que los niños socialicen. Nuestros hijos pueden enriquecer su mundo gracias a conocer mejor a sus compañeros de equipo. Cada uno aportará su punto de vista y sus experiencias y algunos llegarán a ser muy buenos amigos, quizá incluso para toda la vida.
Instruye en los niños en la importancia del esfuerzo a largo plazo. Porque lo importante en un equipo no es cómo se empiece la temporada sino cómo se acabe, el fútbol puede demostrar que los grandes objetivos se consiguen tras un esfuerzo prolongado y nunca por casualidad, una lección que cuanto antes aprendan, mejor, porque les será útil para toda la vida.
Ayuda a una mejor salud mental. Está comprobado que el ejercicio físico genera hormonas que nos hacen sentir mejor. Asimismo, lograr triunfos con tu equipo o sobrellevar las derrotas con ellos, ya es suficiente motivo para sentirte mejor. Tanto compartir la intensidad de estos momentos como el bienestar físico que proporciona el deporte, mejoran el ánimo de los niños, reduciendo los riesgos de que padezcan trastornos como la depresión infantil o la ansiedad y el estrés, que además tendrían graves consecuencias en sus relaciones familiares y en su rendimiento escolar.
Fomentan el reconocimiento a la autoridad adulta. En un equipo de fútbol, el jugador tiene dos figuras de autoridad que respetar. La primera, sobre todo dentro del terreno de juego, la del árbitro. La segunda, tanto dentro como fuera del campo, la de su entrenador (y todo el equipo técnico si las funciones las desempeña más de una persona). El reconocimiento de esta situación facilita que el niño acepte con más naturalidad la autoridad de padres y profesores en otros ámbitos de su vida.
El fútbol es un deporte maravilloso pero también una escuela de valores y una fuente de salud si se practica como debe. Reivindiquemos lo mejor del fútbol como se merece.Los beneficios del fútbol en la educación infantil
La educación de los hijos es la prioridad para los padres, pero también es una prioridad a nivel social. De unos niños con una educación adecuada depende que la sociedad futura mantenga e incluso mejore los valores de solidaridad, cohesión y colaboración.
Es de todos sabido que el deporte tiene una serie de valores de gran utilidad para todos en general pero especialmente para niños y jóvenes. La gran exposición mediática del fútbol y de algunas de sus grandes figuras (que no siempre son ejemplares) hace que este deporte sea objeto de muchas críticas, no siempre justas, relacionadas con personas que se acercan a él sin respetar sus verdaderos valores.
Desgraciadamente, por ser el deporte con más seguidores es también el que más repercusión tiene para lo bueno y para lo malo y en muchas ocasiones, todos los aficionados tenemos que ver cómo se nos prejuzga por el comportamiento de unos pocos que no representan a la inmensa mayoría de los seguidores de este bello deporte.
Por eso nunca está de más hablar de los valores y beneficios que el fútbol puede aportar a la educación de los niños que lo practican.
El equipo sobre la individualidad. Ser un buen jugador está bien, pero no te sirve de nada si tu equipo pierde. El sacrificio individual por el bien del conjunto es un valor inherente al fútbol desde su creación.
Ayuda al desarrollo físico del niño. En la sociedad actual, millones de niños padecen problemas de salud relacionados con el sedentarismo, como la obesidad infantil o la diabetes. El ejercicio físico regular es el mejor modo de combatir estos problemas.
Contribuye a fomentar la autodisciplina. Un buen jugador de fútbol es alguien que tiene que anteponer su interés deportivo a sus caprichos. Desde la alimentación hasta las ganas de no entrenar. Hacer esto en equipo hace que todos los sacrificios sean más llevaderos y fomenta la autodisciplina de los chavales.
Facilita que los niños socialicen. Nuestros hijos pueden enriquecer su mundo gracias a conocer mejor a sus compañeros de equipo. Cada uno aportará su punto de vista y sus experiencias y algunos llegarán a ser muy buenos amigos, quizá incluso para toda la vida.
Instruye en los niños en la importancia del esfuerzo a largo plazo. Porque lo importante en un equipo no es cómo se empiece la temporada sino cómo se acabe, el fútbol puede demostrar que los grandes objetivos se consiguen tras un esfuerzo prolongado y nunca por casualidad, una lección que cuanto antes aprendan, mejor, porque les será útil para toda la vida.
Ayuda a una mejor salud mental. Está comprobado que el ejercicio físico genera hormonas que nos hacen sentir mejor. Asimismo, lograr triunfos con tu equipo o sobrellevar las derrotas con ellos, ya es suficiente motivo para sentirte mejor. Tanto compartir la intensidad de estos momentos como el bienestar físico que proporciona el deporte, mejoran el ánimo de los niños, reduciendo los riesgos de que padezcan trastornos como la depresión infantil o la ansiedad y el estrés, que además tendrían graves consecuencias en sus relaciones familiares y en su rendimiento escolar.
Fomentan el reconocimiento a la autoridad adulta. En un equipo de fútbol, el jugador tiene dos figuras de autoridad que respetar. La primera, sobre todo dentro del terreno de juego, la del árbitro. La segunda, tanto dentro como fuera del campo, la de su entrenador (y todo el equipo técnico si las funciones las desempeña más de una persona). El reconocimiento de esta situación facilita que el niño acepte con más naturalidad la autoridad de padres y profesores en otros ámbitos de su vida.
El fútbol es un deporte maravilloso pero también una escuela de valores y una fuente de salud si se practica como debe. Reivindiquemos lo mejor del fútbol como se merece.
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